jueves, 18 de julio de 2013

========== Destino, capítulo 12 ==========

========== Instrucciones ==========


* Narrador.
**visión de Andrómeda.
***visión de Hyde

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* Andrómeda ha batallado mucho para encontrar los datos que le faltan, Hyde quiso ayudarla, pero ella no se lo permitió diciéndole que él también tenía obligaciones que cumplir, aun así Hyde ha obligado a Andrómeda a comer y a dormir.

- Te traje fruta – dice Hyde.
- Gracias ahorita me la como – responde Andrómeda sin voltear.
- Ahorita es ahorita – Hyde voltea la silla de Andrómeda, le quita los lentes, no sin antes pasear sus dedos por su rostro y terminar dándole un beso – Tienes que comer ¿está bien?
- Sí, está bien – Andrómeda accede a comer.

Hyde solo se queda observando a su amada.

- ¿Qué Hyde? – dice sonrojada.
- Nada – responde mientras comienza a darle un masaje en su cuello – Estas muy tensa.
- Aún no termino mi trabajo, es por eso.
- y ¿Te falta mucho?

** Veo los ojos de Hyde con cierta ilusión reflejada en ellos, en realidad desde que comenzamos con nuestra relación no le he hecho mucho caso por el trabajo.

- Un poco, pero puede esperar un rato. Acompáñame.
Lo llevo a aquel viejo lugar donde jugué por cinco años, el jardín sigue intacto, me siento en el columpio como cuando era niña, comienzo a balancearme.

- Este lugar es muy bonito – dice Hyde.
- Sí, Kai lo mando a arreglar cuando me trajo aquí – dejo de balancearme.
- Eso fue hace mucho – responde maldoso.
- ¿Me estás diciendo vieja?
- ¡Ay no me mandes al hospital!
-Demasiado tarde Hyde – lo derrumbo al pasto.
- ¡Vas a ver Andro!

*** Me levanto y derrumbo con dulzura a mi amada para no lastimarla, comienzo a hacerle cosquillas.

- ¡No ya espera! – implora que pare mi ataque. Dejo de hacerle cosquillas y comienzo a besarla, mientras me recuesto al lado de ella.
- Hyde perdóname por no ponerte tanta atención.
- No es tu culpa estamos en misión, pero cuando termine pasaremos mucho tiempo juntos.
- Cuando esto termine – se entristece su mirada – tú tienes que regresar a tu cuartel y yo al mío.
* - Tú regresaras a tu cuartel y yo bueno… solicitare mi cambio a tu jurisdicción – responde Hyde.
- ¡Pero Hyde tú no puedes ser mi subordinado! Las reglas ni siquiera lo permiten.
- Pediré que me transfieran a la academia como profesor.
- Hyde… eso significa que pedirás tu retiro.
- Así es Andro – responde feliz.
- No eso no, eres demasiado talentoso para que hagas esto.
- ¿Y de que me sirve el talento si no estás tú?
- En ese caso la que debería retirarse soy yo.
- No Andro tú tienes más talento, está en tu sangre – Hyde toma la mano de la chica- para mí no es un sacrificio sino un placer, el pensar en llegar del trabajo y verte, sentir tus labios. El solo pensarlo me hace inmensamente feliz.
- Pero… y ¿si esto no funciona? Ya pensaste en eso.
- Ya lo pensé y correré el riesgo.
- Hyde no quiero que te equivoques.
- No me equivocare – acaricia el rostro de la chica – Además piensa ¿quieres quedarte viuda y con cinco hijos?
- Que cosas dices.
- Estas roja Andro.
- Cállate tú tienes la culpa por decirme eso.
- Solo dije la verdad, algún día tendremos cinco hijos.

** Hyde comienza a besarme, no deja de darme vueltas en la cabeza la decisión que tomó y no puedo negar que me hace feliz y me impresiona que esté dispuesto a abandonar su carrera por mí.

También me ha desconcertado el que ya piense en hijos ¡Y en tantos! Nunca pensé en ilusionarme en formar una familia, pero no puedo negar que me ilusiona.

- Vamos amor, es hora de irnos – me levanto y Hyde detrás de mí, me toma de la cintura y me da un beso.
- Tus labios son hermosos – dice Hyde casi susurrando, me vuelve a besar.

Regresamos a la recámara, me pongo a trabajar nuevamente, me he atrasado un poco pero no importa, pasé una linda tarde.

*** Andrómeda se concentra en su trabajo, parece que no se sintió muy bien con mi decisión, pero es lo correcto, mi madre un día me dijo que siguiera mi corazón y eso es lo que hago.

- Me voy a bañar – me levanto.
- Sí.

Ingreso al baño y comienzo a quitarme la ropa, me meto a bañar, es increíble pero Andrómeda se ha clavado en mi corazón.

Me enjabono mi pelo, luego mi abdomen al pasarle mis manos recuerdo las manos de Andrómeda, sus labios recorriéndolo, esa noche fue tan mágica.

Salgo del baño, Andrómeda está dormida por lo que la abrazo y me duermo.

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