viernes, 29 de noviembre de 2013

The CIEL of my ZIEL, capitulo 16 "Corazon"



El acelerador estaba más blando que nunca antes, los latidos de mi corazón al ritmo de las llantas, los topes no parecían motivo para frenar los pasaba sin siquiera frenar o disminuir la velocidad, nada era suficiente para frenar mis ganas de verlo, llegue al filo de la última avenida antes de entrar al aeropuerto y una vez más el semáforo parecía ser el único impedimento, aun así intente controlar mi impaciencia, suspiraba mientras prendía el radio, la música que en él se escuchaba era mi estación preferida, donde solo transmitía rock, hacía ya mucho tiempo que no escuchaba, para mi sorpresa solo había música nueva por lo tanto desconocida, antes de que el semáforo cambiara a verde comenzó una canción apropiada para el momento, el sonido de los instrumentos me parecía una mezcla adecuada, con un estruendoroso ritmo, al compás de la batería comencé a escuchar una voz gruesa que se perdía en el ruido de la música, aquella voz me parecía atractiva mire al radio para ver de qué grupo se trataba, pero en lugar de poner atención en el nombre del grupo, esta fue robada por la hora, ya eran las 9:35 el semáforo pinto verde y pise el acelerador, hasta deje de escuchar la música mi mente se concentró en entrar al aeropuerto, así fue, tras estacionar mi auto en el primer hueco que vi me eche a correr hacia el elevador el cual se encontraba lleno entonces no dude un segundo más en optar por las escaleras, baje corriendo sin importar que pudiera ser reconocido por medios de comunicación o incluso fans, ya que el aeropuerto se encontraba lleno de ellos, a la misma hora que salía el vuelo del pianista salía el vuelo de Ryo y todos los grupos de su compañía estarían también presentes. Una vez en el centro del aeropuerto no sabía por dónde dirigirme para encontrar el pasillo 666G, en cuanto vi un guardia de seguridad me dirigí para preguntar, el me miro extrañado y dijo


-¿para qué busca ese pasillo?


H- necesito encontrar a alguien, por favor dígame ¿A dónde me dirijo?


-¿trabaja aquí?


H- no, aun no pero los de la empresa que me contrataron me pidieron que estuviera ahí antes de las 9:30, llevo prisa por favor


-ah, ya veo joven va a trabajar para seguridad, entonces es hacia el fondo de aquel pasillo, da vuelta a la derecha, sigue de frente hasta topar pared y vuelve a dar vuelta a la derecha, ahí encontrara el pasillo


H- ok, muchas gracias- ni siquiera espere a que me volviera a contestar me di la vuelta y comencé una vez más a correr.


El pasillo era obscuro y larguísimo, pronto note que no era un pasillo abierto al público, parecía más bien un pasillo abandonado, no tenía focos, y olía demasiado a polvo, por un momento el miedo comenzó a pasar en mi pensamiento, ya que suelo ser muy miedoso para lugares obscuros y solos, pero no me detuve quise seguir hasta topar pared y dar vuelta.


Me encontraba en el pasillo 666G seguía igual de obscuro y abandonado como por el que había pasado incluso mis pasos sonaban como eco por todo el espacio olvidado, mire a mi alrededor y no había nadie, mi respiración estaba agitada por lo mucho que había corrido, cuando note que seguía solo y en la obscuridad mi respiración aumento su presión, en el silencio se aproximaban unos pasos calmados, pero con la obscuridad no sabía de quien provenían, en un instante sus brazos cubrieron mi cuerpo y un susurro al oído terminaron por enchinar mi piel


G- ¡bu!


H-¿eres tú?


G- llegaste tarde, pero por fin estamos juntos ¿no es así?


H-Si…- su abrazo me pareció muy cálido, tanto que mi respiración ceso y descanso, con él el silencio era cómodo, no hubo necesidad de decir más palabras.


Permaneció abrazándome unos cuantos segundos hasta que mi respiración se normalizo, después en la misma posición en la que nos encontrábamos una de sus manos comenzó a tocar mi cuerpo, su mano se deslizaba suavemente, primero por mi cuello hasta terminar en mí entre pierna, sus caricias eran delicadas como el silencio, casi invisibles, después sus labios tomaron parte en el rito, comenzó a lamer mi cuello y a su vez provocar locura en mí, una locura incontrolada, por mi mente solo su cálido cuerpo dominaba, duro poco, después su otra mano tomo mi mano izquierda y con ella mi guio a dar una vuelta para que quedáramos de frente, una vez cara a cara, dirigió su mano a su rostro y con su mano la mía también, la beso, un beso insuficiente para el momento, después sus labios


volvieron a aparecer esta vez acompañados de su mano, la cual iba quitando todo lo que pudiera separar su boca de mi cuerpo, todo incluyendo mi pantalón, donde se detuvo un buen rato a intensificar mi placer, hasta ese momento todo había sido silencio, pronto mis gemidos fueron involuntarios ante la idea de complacer mi cuerpo y más aún cuando su boca era inquieta, humedecía todo hasta el punto que cada beso sensibiliza mi cuerpo, mi mente se desconectó por completo del exterior busque concentrarme solo en todo lo que su cuerpo rozara al mío, mi excitación estaba al límite, parecía saberlo pues antes de que comenzara a gritar él se detuvo, se paró pues todo ese tiempo había permanecido encogido, una vez a mi estatura miro a mis ojos, yo me encontraba descontrolado y en lo único que pensé fue en besarlo, con ambas manos tome su rostro y lo bese, mientras lo besaba mis manos también comenzaron a quitar todo lo que impidiera sentirlo, tocaba su cuerpo mientras lo besaba, después el comenzó a dar unos pasos hacia la pared y aun así no lo interrumpió, nos bebamos mientras me guiaba al muro, una vez ahí detuvo el beso azotándome a la pared, mis manos parecían incontroladas y se dirigieron hacia su pantalón, con la intención de desaparecerlo de mi vista, no tarde mucho y tan pronto como logre bajarlo mi cuerpo también bajo y mi boca controlada por la locura también quiso probarlo, duro un poco menos que lo que él había tardado conmigo, me sujeto de los brazos y me paro, ambos nos encontramos al límite de excitación, me beso con fuerza y después giro mi cuerpo, de modo que quede mirando a la pared, se acercó completamente y entre nuestros cuerpos no podía caber nada más, mis brazos se apoyaron en la pared, y sus manos se dirigieron por debajo de mi ombligo, apenas y sostenía la respiración su entrepierna se apresuró a mi cuerpo… el paraíso hizo su aparición junto a nuestros gritos de placer, al ritmo que gritaba él se movía dentro de mí, así permanecimos unos cuantos segundos, agitando nuestros cuerpos hasta poder liberarnos, fue en un último movimiento de su cuerpo que dentro logre sentirlo, mi sensibilidad se desbordo en un grito y la de el en un gemido, después de ello permanecimos unos segundos ahí, delirando como es que regresábamos del cielo, hasta que el cansancio que parecía invisible hizo su aparición fue que regresamos a la realidad, nuestros cuerpos sudados producían el suficiente calor para seguir deslizándonos, perezosamente el comenzó a salir tan lento que apenas sentí la diferencia de que estuviera fuera, después volteé mi cuerpo hacia el suyo, el tomo mi rostro y me miro con ternura, una ternura que nunca antes había notado en alguien más, me miraba extrañado pero sonriente, así rompió el silencio:


G-¿estás bien?...- su gesto era tan amable que me sentí seguro, su cuerpo era tan fuerte que incluso mi cansancio me era indiferente, la sonrisa que me regalaba era la sonrisa más tranquilizadora que alguien me hubiese podido dar antes, mientras esperaba mi respuesta una de sus manos no dejaba de acariciar mi cuerpo, sus caricias que a cada toque parecían reanimar mi cuerpo, en mi corazón una extraña sensación apareció, mi corazón latía


velozmente a cada latido derramaba alegría, una alegría desbordante que me enloquecía de euforia, todo lo que ocurría al mismo tiempo en mi cuerpo solo pudo ser expresado de una forma; besándolo, me aferre a sus labios al punto de dejar de respirar para poder sentirlo mejor, el dejo de acariciarme y me aferro a su cuerpo con sus fuertes brazos, era el beso más profundo que antes había sentido, tuve tanta libertad de perderme en su dulce boca que no lo dude, sin notarlo en aquel momento me entregue de forma absoluta a su cuerpo, quise pertenecerle, así como sentí que me pertenecía, parecía una ilusión, el sueño más profundo de mi corazón.

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