El sonido del piano me mantuvo alejado de la realidad, pronto el semáforo cambio a verde y tuve que avanzar, no dude un segundo en orillarme para seguir escuchando el tan inspirador piano, mientras más lo escuchaba más me adentraba a su profundidad, al mismo tiempo que lo hacía de mis labios solo pudo brotar su nombre, era como volverlo a tener, a <<mi Ziel>>, no lo dudaba, se trataba de él, me encontraba disfrutando de su música, jamás imagine que su música la encontraría en un radio de música rock popular, cerré mis ojos mientras disfrutaba el movimiento de sus dedos, agiles y frágiles como cuando lo conocí, de pronto la música se vio interrumpida por el silencio y una voz gruesa apareció, era una voz quebrantada, intensa y conmovedora, acompañaba bien el piano de Ziel, pronto disfrute de ambos, detenido en un lugar desconocido hacía mucho tiempo que no disfrutaba de música que no fuera la mía, me sentía tranquilo con aquella mezcla, esperaba el momento en que terminara, para escuchar el nombre de Ziel, su nombre artístico, al llegar el fin de la canción me sentía satisfecho por haberlo escuchado, lo había encontrado.
En la estación de radio mencionaron el nombre de la canción, tras su nombre, el nombre del intérprete, para mi sorpresa se trataba de Gackt, traicionado por mi intuición, mi corazón comenzó a latir presurosamente, justo antes de que perdiera el control ante tal noticia en la estación ratificaron el mal entendido <<disculpen el tema que acabamos de oír ha sido un dueto, una interpretación de Gackt y el exitoso pianista…>> su nombre, una vez más había sido imposible escucharlo pues justo antes de que lo mencionaran tras de mi un intenso sonido del claxon de un carro sonó, fue tan fuerte el sonido que no alcance a oír su nombre, con furia dirigí mi mirada a quien denoto dicho sonido, pero esa furia desapareció al ver que se trataba de una patrulla, entonces mi mirada cambio a sumisa, el oficial se acercó a la ventana para decirme que estaba prohibido estacionarse en el lugar que me encontraba, una parte de mi seguía molesta pues solo por ese motivo había sido imposible escuchar el nombre de Ziel para así comenzarlo a buscar, sin embargo la búsqueda no estaba perdida pues al menos conocía a la persona con la que Ziel interpreto su hermosa canción, si quería encontrarlo tenía que volver a hablar con Gackt, era todo una ironía pues acababa de pedirle a Gackt que no se me acercara nunca más y ahora yo sería el que lo buscaría solo para saber quien acompañaba su dueto.
Seguí mi camino a casa, una vez ahí pensaba en que aria cuando encontrara a Ziel, imaginaba las palabras que me diría, quería sentir sus manos finas en mi cuerpo, sus manos frías pero fieles, al mismo tiempo que lo imaginaba, escuchaba su música en mi mente, había disfrutado tanto de aquella canción, el haberlo vuelto a oír había alentado el fuego que alguna vez el me pidió que no dejara extinguir, quise alentar ese fugaz deseo
con su nombre y la canción que acababa de oír, a pesar de que en esa canción también resonaba la voz de Gackt me fue inevitable aceptar el talento de aquel hombre, pronto y sin darme cuenta la sola voz de Gackt resonaba como eco en mi mente, el piano de Ziel desaparecía, y yo disfrutaba fielmente de su voz, cerré mis ojos para atraer la imagen de Ziel pero una vez más en su lugar me encontré la imagen de Gackt, rápidamente abrí mis ojos, quise desaparecer su imagen pero mientras más trataba de olvidar a Gackt mas aparecía y se repetía en mi mente, corrí directo al cajón en donde guardaba las cosas más preciadas para mí, ahí seguía, descolorida y seca la rosa que me dejo Ziel, la tome entre mis manos, recordé que aquella rosa aun guardaba la sorpresa que me había prometido, busque de nuevo entre sus pétalos, incluso en el tallo y nada, aun no encontraba la tan esperada sorpresa. Confundido por todas las imágenes y sonidos que se proyectaba en mi cerebro me fui a recostar a la cama, pensaba en lo que debería hacer, acaso debía acercarme a Gackt para encontrar a Ziel o solo debería esperar a que el me encuentre como lo había prometido, pensé hasta quedar dormido.
Al siguiente día había decidido llegar más temprano de lo normal a la empresa, eran las 5:00am y esta se encontraba casi deshabitada, me dirigí al lugar que más me gustaba, ese era el pequeño patio despejado lleno de árboles que dejaban contemplar el cielo, me senté justo por debajo de uno de esos árboles entretenido con el cielo ignore que justo del otro lado del mismo árbol se encontraba sentado alguien más, había completo silencio en el instante en que me encontraba perdido viendo el amanecer, era hermoso ver nacer el sol entre las nubes, la forma sutil en que sus rayos iban aclarando el panorama, al ritmo de los pasos del sol atrás de mí una voz inicio una melodía, cantaba tan inspirado y fuerte, estaba convencido de estar solo pues cantaba con tal naturaleza, parte de esa canción la susurraba débil, como si cantara al oído de alguien, y en otras notas hacía notar una fuerza vil que hacia vibrar mi cuerpo, comencé disfrutando de aquella voz, pues hacia buen conjunto con el paisaje frente a nosotros, pero tan pronto comencé a prestar atención a lo que decía la canción me parecía más cálida, tocaba mi pecho como si fuera conocida, me adentre en su letra, era triste, llena de desamor, fue inevitable recordar a Sakura, aquella voz inspiradora destrozaba mi corazón, y frente al amanecer se detuvo el tiempo, parecía una eternidad, un rayo de luz ilumino directo en donde nos encontrábamos aquel rayo no solo nos ilumino, también encendió una extraña flama en mi corazón, en aquel instante comencé a sentir como un fuerte calor dominaba mi pecho, un calor apenas soportable, pero sumamente agradable, junto a su voz me sentía aliviado, un instante aclarado por el sol, un instante que me lleno de paz, hasta que de pronto su voz se detuvo, y al mismo tiempo el amanecer no parecía el mismo, hacía falta una voz que completara el dulce amanecer, no quise romper el encanto y decidí improvisar la continuación de la pasada melodía, aun con el recuerdo de desamor de Sakura me inspire, comencé inseguro pero mientras más contaba el amanecer se intensificaba y mi
impaciencia desaparecía, la tranquilidad volvió, duro hasta que el amanecer culmino, al mismo tiempo que el sol nos iluminaba desde lo más alto del cielo mi voz se extinguió, perdidos en el tiempo nos sentíamos cálidos bajo la sombra de aquel árbol, después el silencio nos acompañaba , no había nada que apresurar, cada uno seguía sentado de lado opuesto, después de unos cuantos minutos su voz interrumpió:
G- placentera es tu compañía, cálida como el sol, tu voz es hermosa por favor permíteme tu mano…- sin decir una palabra dirigí mi mano al otro lado del árbol, él la tomo también con su mano y la beso…-
H- ¿Qué ha sido eso?
G- un beso de agradecimiento, que me hayas echo compañía en esta mañana fría, no es coincidencia, dime ¿crees en el destino?
H- no, no creo que todo sea destino, solo creo en un destino, el único que me han prometido…- estaba a punto de pronunciar a Ziel pero mi mano fue jalada hacia el extremo de aquel árbol, ente aquel desequilibrio mi cuerpo fue a dar directo al pasto boca arriba el sol cegó mi vista por un momento pero solo duro poco pues en un parpadeo él se encontraba encima de mí, los latidos de mi corazón comenzaron a acelerarse, sus labios estaban a punto de rosar con los míos, su respiración agitada resonaba en mí, tan pronto cruzamos miradas el miedo invadió mi alma.
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