- Buenos días preciosa – dice Hyde mientras acaricia mi pelo.
- Bueno días amor, hay que apurarnos tenemos que ir a junta.
- Lo sé – mientras se levanta – si quieres báñate en el baño de mi recámara.
- Ok.
Me meto a bañar, me siento extraña. Es la primera vez que siento algo así, aunque no le entregué mi pureza a Hyde, le entregue mi amor.
- ¿Te molesta que pase? – dice Hyde mientras asoma la cabeza por la cortina.
- ¡Oye! Me asustaste, pues ya pásate ya estas adentro.
Hyde se mete conmigo a la regadera, me siento extraña y un poco apenada, nunca había estado así con un hombre. Nos besamos, comienza a acariciarme la sensación es distinta por el efecto del agua, mi piel es más sensible.
Nuevamente lo siento dentro de mí, repetimos la experiencia de anoche. Nos apuramos después de terminar nuestra entrega y vamos a trabajar.
En el almuerzo…
- Amo como gimes cuando estamos juntos – me dice Hyde en el oído. Me sonrojo.
- Cállate, eso no se dice.
- No te apenes, es normal.
- ¡Hyde Takarai! Ya cállate.
- Jajaja hay Mary.
- No te rías.
- Mary quiero proponerte que te pases a mí recámara.
- No te entiendo – se a lo que se refiere, pero no quiero precipitarme.
- Quiero que vivamos como una pareja y que durmamos juntos ¿aceptas?
- Sí, quiero empezar una vida a tu lado.
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