Por la mañana…
- Tía que bueno que llegas.
- Niños vamos a comprar helado, mientras su mami plática con su prima – dice Hyde.
- ¿Cómo te sientes Mary? – Dice mi tía – supe que estas embarazada.
- Bien, gracias por lo de ayer.
- Cuando supe que estabas desaparecida inmediatamente me di cuenta del peligro que corrías, cuando te fuiste me sentí muy enojada, por eso declare en tu contra ante los medios, después me sentí muy mal, porque le fallé a mi hermana, te traté mal, perdóname.
- Perdóname tú a mí por irme así.
- Hija – me abraza, ahora yo sé que tus papás donde estén estarán tranquilos, porque estas con un hombre bueno.
- Ya llegamos – entra Hyde con mis primos y un montón de bolsas.
- ¿Y esto? – pregunta mi tía.
- Nada, solo fuimos de compras – dice Hyde
- ¡Vamos Hyde! Ven a abrir los juguetes – Juan se lleva a Hyde.
- Esos niños ¡qué pena! – dice mi tía.
- Déjalos, no afectara la economía de Hyde.
- Sabes Mary, se ve que Hyde será buen padre y es un buen esposo que te ama.
- No sabía que le gustan los niños – mientras lo veo jugar con Juan y Renata.
- Se ve que sí, ¿Cuándo te iras?
- Mañana tía, espero me visiten cuando nazca el bebé.
- Niños ya nos vamos – dice mi tía y ambos comienzan a hacer berrinche.
- En vacaciones, los llevaré a Japón ¿va? – les dice Hyde.
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