====== Simbología ==========
S: Sakura Ry: Ryu
H: Hyde. Kt: lord Kaito
P: Padre (Seiya) M: Melissa
A: Akane. Y: Yumiko
Y: Yu Yk: Yuki
Ha: Hana
M: Mitzuki
R: Ren
K: Ken
Ak: Akira
At: Arimatsu
Y: Yu Yk: Yuki
Ha: Hana
M: Mitzuki
R: Ren
K: Ken
Ak: Akira
At: Arimatsu
* : personajes secundarios.
El
funeral de lord Akira se realizó al día siguiente, no fui requerida pues lady
Mizuki no me perdona el que huyera de la casa, supe por Hana que mi hermana no
se despegaba de Hyde.
A
pesar del duelo, todas las actividades continúan con normalidad, así que me
presento temprano con Ken para continuar mi entrenamiento.
K:
Bien, ya hemos practicado bastante así que ahora pasaremos a la siguiente
etapa, ¿Alguien sabe que son los dragonoides? - levanto la mano - Sakura.
S:
Un dragonoide es un dragón enano.
K:
Muy bien, la siguiente etapa abarca aprender a montar un dragonoide, así que síganme.
Como
nos pide lo seguimos por los jardines hasta que llegamos a los establos, ahí ya
nos esperan varios dragonoides, estas bestias son igual a los dragones solo que
son del tamaño de un caballo y lo más importante: no vuelan, ya sea porque aún
no despegan sus alas o porque nunca se les desarrollaron.
K:
Lo primero que vamos a hacer será intentar montarlos, esto es muy difícil pues
son bestias que tienen mucho temperamento, tengan cuidado.
Uno
de mis compañeros es el primero en intentar montar un dragonoide color verde,
pero solo con acercarse ha sido mandado al suelo, varios lo intentan con el
mismo resultado; llega mi turno y escojo un dragonoide color blanco.
Me
acerco lento, mirándolo a los ojos, trato de pasar mi mano sobre él, pero soy
golpeada con su cola y termino en el suelo.
K:
¿Estas bien?
S:
Sí - me ha dolido bastante el golpe - lo voy a volver a intentar.
K:
Con cuidado.
Nuevamente
observo a la bestia, me acercó sin miedo y recibo un cabezazo que me saca el
aire, me levanto e intento de nuevo, en seis ocasiones termino golpeada y en el
piso.
K:
¿Segura que no estas lesionada?
S:
Segura - respondo bastante agitada.
Nuevamente
hago frente a la bestia, soy cautelosa de no ser golpeada, lo toco y se queda
quieto, trato de montarlo y da un salto que hace que salga lanzada, caigo de
cara, a causa de esto me cuesta trabajo levantarme, estoy mareada y un líquido
cálido cae de mi frente.
K:
¿Estas bien? - me ayuda a incorporar.
S:
No fue nada - paso mi mano sobre la frente y tengo una pequeña abertura.
K:
Es todo por hoy, ¿Sakura quieres que te acompañe?
S:
Gracias pero en verdad estoy bien.
Tomo
rumbo hacia a mi habitación pues además de la herida, estoy llena de tierra y
despeinada, agotada y muy adolorida. Casi para llegar a mi destino me encuentro
a mi padre…
P:
¿Que te pasó? - pensé que no me hablaría.
S:
Nos pusieron a montar dragonoides.
P:
¿En una subida te hizo todo eso?
S:
Siete, fueron siete veces y no me dejó montarlo.
P:
¡Siete!
S:
Si - mi padre comienza a reírse - ¿Que es tan gracioso?
P:
Te has encontrado un dragón igual de testarudo que tú.
S:
Lo voy a montar - hace tanto tiempo que no lo veía reír.
P:
Seguramente lo harás, pero primero descansa y ve con el anciano, para que te de
algo contra el dolor o mañana no vas a poder moverte - revuelve mi cabello y
continúa su camino.
Realmente
no entiendo a mi padre, primero me da la espalda, pero luego finge interés por
lo que me pase, ¿Sera acaso que comienza a comprender?
Llego
a mi lugar de reposo, me doy un buen baño, al contacto con el agua caliente el
dolor se agudiza, noto una gran cantidad de moretones distribuidos en mi
cuerpo, una vez que el agua comienza a enfriarse, doy por terminado mi aseo y
para que no sea tan notoria la golpiza, elijo un vestido de manga larga.
Posteriormente
me dirijo con el anciano, su estudio está lleno de pócimas que en mi vida había
visto.
S:
Con su permiso - hago reverencia con bastante dificultad.
Ry:
Pasa niña - es un hombre de mediana edad, con una espesa barba color marrón que
hace juego con sus ojos - ya veo, ¿Necesitas algo para el dolor?
S:
Por favor.
Ry:
Déjame buscar - se mete a una habitación contigua.
Comienzo
a curiosear y observo la basta cantidad de líquidos de todos los colores,
también hay muchas plantas que no tenía idea que existían, me llama la atención
que en una de las esquinas hay un cristal muy similar al collar de mi madre.
Ry:
Es un dije de ninfa.
S:
Disculpe, no quise entrometerme.
Ry:
Eres curiosa, ¿Sabes para que servían?
S:
No, solo sé que estaban prohibidos.
Ry:
Eso es realmente una desgracia, ¿Conoces su historia?
S:
No.
Ry:
Desde hace muchos siglos, las ninfas eran nuestras aliadas, hijas de la
naturaleza que siempre buscaban hacer el bien con la ayuda de sus poderes,
cuando inició la era de los dragones, la gente comenzó a temerles al sentirse
indefensos ante las matanzas del dios de los dragones, comenzaron a
perseguirlas y como ellas no lastimaban humanos, sólo les quedaba ocultarse,
hasta que poco a poco fueron desapareciendo.
S:
¿Cómo sabían quién era una ninfa?
Ry:
Precisamente por esos dijes, toda ninfa tenía uno que lo distinguía, lo usaban
en sus ropas como accesorios o incluso en espadas.
S:
Es muy interesante.
Ry:
Claro, hay cosas que son muy interesantes, toma - me da un frasco que contiene
un líquido blanco - con esto se te quitará el dolor.
S:
Muchas gracias, con su permiso.
Ry:
Cuando tengas dudas, con mucho gusto puedo atenderte, duerme un buen rato y con
eso tendrás para estar como nueva.
Hago
caso al consejo del anciano, antes de recostarme, tomo la pócima, es muy espesa
y su sabor es como miel, después me dejo llevar por el sueño.
Despierto
y veo que ha oscurecido, me levanto y cierro la ventana, a excepción de la
mayoría que se alumbra con velas, yo prefiero la poca luz que entra por mi
ventana; abro mi armario y buscó aquella caja de madera donde guardo el último
recuerdo de mi madre.
Según
el anciano estos cristales solo los tenían las ninfas, entonces ¿Porque mi
madre escondía uno? Tal vez lo encontró y temía que alguien la inculpara o a lo
mejor alguien se lo dio a guardar, tal vez nunca sepa porque lo tenía, pero
debo ser cuidadosa con esto, sobre todo no preguntar de más o seré descubierta,
tal vez en la biblioteca haya algo que sirva para disipar mis dudas…
K:
Buen día jóvenes, espero que no estén tan adoloridos, hoy continuaremos donde
nos quedamos.
Mis
compañeros ponen cara de preocupación, a diferencia de ellos yo estoy decidida
a montar al dragonoide, nadie dijo que este camino fuera fácil pero no pienso
darme por vencido, me propuse algo y lo voy a cumplir.
Nuevamente
sufrimos algunos golpes, me acerco a mi objetivo, trato de relajarme y sentirme
segura, parece que el dragonoide está cooperando, me subo a él y al momento
empieza a girarse para hacer que me baje, trato de agarrarme con todas mis
fuerzas, aunque al final caigo de manera bastante violenta.
K:
¿Todo bien?
S:
Sí.
K:
Muy bien, fue excelente trabajo, poco a poco dejará que lo montes.
Después
de un par de horas, en los que he logrado un poco de avance, damos por
terminada la clase, esta vez no he terminado tan cansada, por lo que después de
comer, me dirijo con Hyde para cumplir con mis obligaciones.
H:
¿Ya te sientes mejor?
S:
Sí, hoy no fue tan doloroso.
H:
Les puso una prueba bastante difícil.
S:
En algún momento teníamos que aprenderlo, así que está bien.
H:
Bueno, voy a hacer un viaje, será solo un par de días y quiero que me ayudes.
S:
Claro, solo déjame dicho en que.
H:
No me explique, quiero que me acompañes.
S:
Si… Está bien - dudo un poco.
H:
Como será un viaje y estaremos ausentes, consideró que es necesario notificarle
a tu padre, sigues siendo una niña.
S: Permíteme
que yo le informe.
H:
Esta bien, saldremos mañana temprano.
Me
dirijo a hablar con mi padre, estoy un poco nerviosa por no saber cómo va a
reaccionar, pero Hyde tiene razón, no sería correcto irme sin avisarle.
Llamo
a la puerta.
P:
Adelante - abro
S:
Con su permiso, ¿Está ocupado?
P:
No, dime ¿En qué puedo ayudarte?
S:
Su majestad me ha pedido que lo acompañe a ver a una persona, es un viaje de
dos días, y…
P:
¿Me estas avisando?
S:
Sí.
P:
Un viaje de ese tipo no es un paseo en el campo, ten cuidado.
S:
¿Desconfías de él?
P:
No, estoy seguro que su majestad te cuidará pero aún así, esos viajes son
riesgosos, no te olvides de las enseñanzas de Yu, y si tienes que matar lo
haces ¿Entendido?
S:
Sí, lo prometo.
P:
¿Cuando sales?
S:
Mañana.
P:
Descansa, porque será pesado.
Después
de terminar con mis labores y de planear el viaje, decido hacer lo que mi padre
me dijo y me voy a descansar, estoy un poco inquieta por lo que me dijo mi
progenitor, espero que no suceda nada malo.
Justo
antes de que amanezca, me preparó para el viaje, me encuentro con Hyde en las
caballerizas.
H:
Que bueno que has traído tu capa, olvidé pedirte que la trajeras.
S:
Hace frío, además no me gusta andar con solo el uniforme.
H:
Antes que salgamos, toma - me da un cinturón donde se colocan las espadas.
S:
Gracias, pero no uso armas.
H:
Pensé en eso - me entrega una espada, muy diferente a las convencionales, su
grosor es poco y eso la hace bastante ligera - era de mi madre.
S:
Es algo demasiado valioso como para que lo use.
H: Úsala
por favor, está hecha especialmente para las manos de una mujer, por eso es tan
ligera.
S:
Bueno, gracias.
Ya
preparados, nos colocamos las capuchas y salimos a galope medio, recorremos las
calles sin ser notados y es que esa es la idea, que parezcamos mensajeros y
solo eso. Salimos de la ciudad y tomamos rumbo hacia el oeste, vamos por el
camino principal, en ningún momento bajamos las capuchas, por fortuna hay pocas
personas que puedan vernos.
Hyde
se desvía e interna en el bosque por lo que lo sigo, no entiendo que es lo que
pretende. Llegamos a una zona donde se encuentra un arroyo, es un lugar
bastante bonito lleno de árboles.
H:
Comamos algo - se detiene.
S:
Si - bajo del caballo.
H:
Pedí que pusieran algunas cosas para almorzar - comienza a sacar de las bolsas
que trae puestos en los costados del caballo.
El
almuerzo consiste en emparedados de carne, unas frutas y jugo; nos sentamos
junto a un árbol.
H:
Vamos con Lord Kaito, es un señor feudal - gobernante de un pueblo muy pequeño
- tengo algunos asuntos que tratar con él, su hogar es bastante pequeño, ya que
solo tiene una hija; ella es muy especial así que tendrás que tenerle mucha
paciencia, no creo que le vayas a agradar en absoluto.
S:
Por favor, cuando estoy cerca tuyo, a ninguna mujer le agrado.
H:
Bueno, es que soy irresistible.
S:
Y muy sencillo ma-jes-tad - comienza a reír.
H: Tú
tienes la culpa.
S:
¡Que! ¿Yo por qué?
H:
Porque si - se levanta - es hora de irnos.
Regreso
a mi caballo y continuamos dentro del bosque, no me gusta nada que vayamos por
ahí, ya que si en el camino principal es peligroso por dentro mucho peor.
Después de un muy buen rato de camino en absoluto silencio, por fin salimos al
camino principal, durante el trayecto encontramos algunos viajeros, pero nadie
nota quien somos. Ya entrada la tarde, veo que nos acercamos a un pueblo, hay
muchos plantíos de verduras y algunos campesinos trabajando en ellas.
Las
casas del pueblo se ven sumamente humildes, algunas incluso con techos de paja,
el hogar del señor feudal se encuentra protegido por una muralla de piedra y un
foso de agua, al pasar puedo observar que en el agua hay cocodrilos, una buena
defensa cuando no se cuenta con centinelas.
Pasamos
la muralla y veo que el pequeño castillo es igual de piedra, tiene un jardín
bastante pequeño, justo en la entrada del castillo veo a un hombre muy anciano,
acompañado de una joven de cabello negro, su ropa es bastante sencilla en
comparación con las damas de la corte, pero me queda claro que no es una
campesina.
H:
Gracias por recibirnos - se baja la capucha y saluda al anciano y la chica.
Me
bajo del caballo, bajo mi capucha y puedo notar los ojos de odio de la mujer.
H:
Ella es Sakura, aprendiz mía.
S:
Un placer - hago reverencia de guerrero.
H: Él
es lord Kaito, señor feudal de este pueblo y ella es Melissa, su hija.
K:
Es un gusto señorita - Melissa ni siquiera me mira - Síganme.
Lo
seguimos a su paso que es bastante lento, al entrar como lo suponía el ambiente
es muy frío, los muebles son de madera con diseños bastantes sencillos, de una
de las habitaciones sale una mujer muy anciana.
K:
Ella es Yumiko, la mujer que se encarga de mantener en orden este lugar.
Y:
Un gusto conocerlo majestad, señorita un placer.
K:
Su majestad y yo trataremos algunos asuntos, Melissa porque no le muestras los
jardines a la señorita.
M:
Como ordenes - se van - Has lo que quieras, no tengo intenciones de charlar con
una como tú y Yumiko apúrate con la comida.
Y:
Voy señorita - va a paso lento, mientras Melissa se va.
Trato
de contenerme y no darle una bofetada a la tal Melissa, si algo me molesta es
que maltraten a los ancianos, decido seguir a Yumiko, la habitación es la
cocina, también veo que hay una niña pequeña ayudándole.
S:
Disculpe mi intromisión.
Y:
¿Desea tomar algo?
S:
No, solo que no tengo que hacer ¿Puedo estar aquí?
Y:
Por supuesto, ella es Yuki, mi nieta.
Yk:
Hola - deja la manzana que estaba pelando.
Y:
Esa manzana está mal pelada.
S:
A ver - le quito la manzana - así se hace.
Y:
¿También sabe cocinar?
S:
Sí -continúo pelando - cuando era pequeña me gustaba ayudarle a mi madre a
cocinar. ¿Qué hará de comer?
Y:
Una sopa de habas con pan frito y cordero con una salsa agridulce.
S:
Eso suena delicioso - continúo ayudándole.
Me
dedico a pelar y picar las manzanas, mientras Yumiko prepara la carne y su
nieta ayuda a dorar los panes. La anciana sale por un momento por lo que me
quedó sola con la niña.
S:
Así te vas a quemar - le enseño como poner los panes - así se hace.
Yk:
Me gustaría aprender como tú, pero mi abuelita ya no puede enseñarme.
S:
¿Sabes leer?
Yk:
Sí.
S:
Bueno, cuando regrese a palacio, te voy a enviar libros con muchas recetas y
también cuentos muy bonitos.
Yk:
Gracias - se abraza a mi cintura, le acarició su cabello.
H:
¿Interrumpo? - entra Hyde, la niña me suelta y hace reverencia.
S:
No, majestad.
H:
Hablemos - antes de salir, revuelve el cabello de la niña, lo sigo.
Caminamos
por los jardines que se encuentran llenos de pequeñas flores blancas.
H:
¿Qué tal te trató Melissa?
S:
Lo normal, y tú ¿Resolviste tus asuntos?
H:
Algo así pero aún falta mucho, ¿Te agradó la niña?
S:
Sí, es muy dulce.
H:
Serías una linda madre.
S:
No es así - siento que me sonrojo.
Continuamos
la caminata, lo veo nervioso ¿Qué le pasa? Nunca lo había visto dudar de esa
manera ni mucho menos quedarse callado.
H:
Lord Kaito te asignará una recámara junto a la mía.
S:
Sí, está bien.
H:
Aquí hace mucho frío durante la noche.
S:
Me lo imagine, se siente el clima.
H:
Necesitó que me hagas un favor.
S:
Dime.
H:
Cuando nos dejen el piso, no quiero que te quedes en esa habitación.
S:
¿Quieres cambiar?
H:
No, quiero que te quedes conmigo.
S:
¡¿QUE?!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario