====== Simbología ==========
S: Sakura
H: Hyde.
P: Padre (Seiya)
A: Akane.
Y: Yu
Ha: Hana
M: Mitzuki
R: Ren
K: Ken
Y: Yu
Ha: Hana
M: Mitzuki
R: Ren
K: Ken
* : personajes secundarios.
Desde
temprano se ha estado preparando el castillo para la demostración, parece ser
que este evento será importante.
Ha:
He traído la ropa que usaras - desenvuelvo la ropa y despreciable es mi
sorpresa al ver que consta de un pantalón de cuero y un corsette negro.
S:
¿Qué es esto?
Ha:
Lo que usa una jinete de dragones, Sakura si te vas a subir a esa bestia, no
puedes ir con tus vestidos de niña ¿Lo vas a hacer o no?
S:
Esta bien, mi padre me va a asesinar - respondo muy preocupada.
Ha:
No lo hará, el rey no lo permitirá, ven te ayudo.
Comenzamos
a deshacernos del vestido y procedemos a poner esa ropa, como lo suponía queda
muy entallada y reveladora, después procedemos a amarrar mi cabello y para
finalizar me coloco unos guantes de cuero.
Ha:
El rey me pidió que adaptara una capa para ti - me la da - sabía que te
sentirías incomoda.
S:
Gracias - me la coloco y por lo menos me tapa mi cuerpo, casi en su totalidad.
Salgo
en compañía de Hana, voy sumamente nerviosa y asustada, esto es un reto muy grande,
pero quiero hacerlo, caminamos por el jardín principal, damos vuelta por
lugares que ni siquiera había explorado, llegamos a una zona sin árboles
sumamente amplia con unas especies de cabañas enormes, Hyde se aproxima con su
guardia real, va vestido con pantalón de cuero negro, una camisa y chaleco de
cuero.
S:
Majestad - hago reverencia.
H:
¿Lista? - me ofrece su brazo y comenzamos a caminar - esta exhibición es para
animar a los soldados a ser jinetes, la mayoría se asusta y lo que busco es que
pierdan el temor.
Llegamos
a donde esperan alrededor de 50 soldados, también están generales, gente del
consejo, Lady Mizuki, mi padre y mi hermana. Hyde se para delante de ellos, sin
soltar mi mano.
H:
Bienvenidos, en esta exhibición les mostraré a lo que pueden llegar, si deciden
a ser jinetes, para esto usaré mi dragón, Lady Sakura hija del señor de
Higashi, jamás ha montado un dragón y amablemente me acompañará para mostrarles
los nobles y obedientes de estas bestias.
Damos
la vuelta y caminamos rumbo a una de las cabañas, puedo sentir las miradas
sobre mí, por lo que ni siquiera hago intento de volar. Al acercarnos escucho
rugidos, recuerdos horribles llegan a mi cabeza, pero no retrocedo y continuo
firme.
Al
entrar a la cabaña más grande, veo un enorme dragón que me resulta familiar: es
el dragón de Hyde, hay mucha gente trabajando alrededor.
H:
Es hermoso ¿no?
S:
Lo es, ¿Porque lo encadenan?
H:
Andaría corriendo por todos lados si lo dejamos suelto, y créeme que causaría
mucho pánico; bien, como dije lo montaremos, pero para que te deje subir tienes
que tocarlo y que te sienta una amiga.
Hyde
se acerca a la cara del dragón y lo acaricia, aquella bestia tranquilamente se
deja tocar.
H:
Ven - estira su mano - no temas, vamos.
Comienzo
a acercarme lento, el dragón me observa fijamente con sus hermosos ojos verdes,
alcanzo a ver sus enormes dientes, pero no hace intento de atacarme, me paro al
lado de Hyde sin que la maravillosa bestia deje de observarme.
S:
Hola - me atrevo y toco su piel, es muy seca y áspera pero no es fría, se
siente tibia, la acaricio, siente esa piel del reptil tan agradable. La bestia
se mueve y choca levemente su cabeza contra mi tacto.
H:
Oye, oye coqueto, cálmate - lo acaricia - le agradas, ven.
Caminamos
viendo el cuello del animal, al final del mismo veo una especie de silla de
montar, se encuentra fijada a la bestia.
S:
¿Cómo le hacen? - señalo la silla.
H:
Cuando un dragón está al final de su crecimiento se le fija al cuerpo y toda su
vida permanece con ella, pero no les incomoda se acostumbran. Bien, tendrás que
quitarte la capa, en el aire es necesario estés con ropa pegada para evitar
accidentes o ataques de otros dragones, les llaman la atención las capas
ondeando.
Me
la quito cruzo mis brazos intentando ocultar aunque sea un poco mis pechos.
H:
Tranquila - me baja los brazos - aquí nadie te molestará o será comida de mi
dragón.
Parece
que han tomado enserio la amenaza del rey, pues nadie osa mirarme, no creo que
cumpliera el castigo ¿o sí?
Subimos
y llegamos al final, me siento nerviosa y emocionada.
H:
Tu primero - me acerco, el grosor del cuello es muy grande por lo que subo y
doy tres pasos para llegar a donde debo sentarme, trato de no mirar abajo y
mantener el equilibrio, me siento y abro mis piernas lo más que puedo para
estar montada, es incómodo.
Hyde
hace lo mismo, pero con mucha más habilidad que yo, siento su respiración en mi
cuello, toma unas cuerdas de cuero que se encuentran en la silla, las pasa por
él, luego por mi cintura y aprieta pegándome aún más a él.
H:
¿Lista señorita? - dice en mi oído - ese perfume que usa es delicioso.
S:
Gra-gracias.
H:
Ahora no puedes ir a ningún lado - suelta una risita - podría escapar de aquí
contigo, ¿A dónde te llevaría?, estas muy callada, parece que te puse nerviosa.
S:
No sea tan soberbio, majestad - digo en tono burlón, para ocultar mi
nerviosismo - el día de hoy amaneció muy coqueto.
H:
Puedo ser así, todos los días, si quieres.
Un
trabajador sube y tose para llamar la atención en tan incómoda escena, le señala
al dragón y Hyde accede con su cabeza o eso siento, Hyde se inclina hacia
adelante y toma unas cuerdas que se encontraban fijados a la silla, quedo entre
su cuerpo, sus brazos y las riendas.
H:
¿Lista?
S:
Sí - Hyde jala las riendas y al momento el dragón se levanta y comienza a
caminar a la salida, es divertido, pero me da un poco de temor.
La
bestia sale fácilmente, no puedo ver que hacen los espectadores solo me
concentro en la vista, damos unas vueltas antes de que comience el despegue,
siento como vamos elevándonos del suelo, tengo temor por lo que me agarro de la
silla, cierro mis ojos, unos minutos después ya no siento ascenso, me animo a
recobrar mi vista y me encuentro con una espectacular postal, el viento frío
golpea mi rostro generando una sensación muy agradable, la paz transmitida es
enorme, observo las nubes y estiro mi mano tratando de tocarla, no lo consigo
pero es perfecto.
H:
¿Te gusta? - escucho su voz en mi oído.
S:
Sí, algún día me gustaría volar cuando estén las estrellas.
Hyde
recupera su posición del principio, hace que su dragón gire de regreso y
comenzamos el descenso que se vuelve bastante violento, pero a la vez
divertido, nos acercamos demasiado al suelo como si nos fuéramos a estrellar
pero no es así, solo pasamos rápidamente a ras de suelo, una vuelta más y
quedamos en tierra firme, el dragón camina en dirección a su cabaña, entra y se
hecha.
H:
¿Y? comienza a quitar los amarres.
S:
Maravilloso, gracias por esto.
H:
Un placer señorita - se levanta y regresa a la estructura de madera, lo imito y
salgo de ahí.
Me
espera que vuelva a ponerme la capa, me ofrece su brazo y salimos de vuelta con
los espectadores, al caminar siento cierta molestia en mi tobillo, pero no me
importa estoy feliz.
En
lugar de otro discurso pasamos de largo, entre la reverencia de los asistentes,
se siente extraño que al pasar todos se hinquen, aunque claro, no es por mi
sino por mi compañía, continuamos caminando en absoluto silencio hasta llegar
al castillo, ahí Hyde besa mi mano y nos separamos.
Hana
me acompaña en dirección a mi habitación, en el pasillo encontramos a un hombre
de edad mediana, tiene un poco de barba y es muy delgado.
Ha:
Él es Ken, el encargado de entrenar a los aspirantes para jinete de dragón.
K:
Mi lady, un placer.
S:
El placer es mío.
K:
Estuve observando la demostración y noté que es muy buena montando.
S:
Me halaga.
K:
Mañana comenzará el entrenamiento, cuando guste puede pasar a visitarnos.
S:
Será un placer.
Continuo
mi camino hasta mi recamara, donde decido tomar un baño para refrescarme, me
dejo abrazar por el agua caliente, cierro mis ojos y mi mente regresa a aquel
maravilloso viaje; una idea comienza a girar en mi cabeza, mi madre siempre decía
que todo lo que vivimos tiene un motivo, por el que sucede y tal vez vez sea
este por qué pase por tanto dolor.
Una
vez que mi agua se va enfriando, decido salir de la bañera, en cuanto término
de secar mi cabello, busco mi vestido negro, aquel que usé durante el luto de
mi madre, comienzo cortando la tela que no me hace falta, fijo el corsette a la
parte de arriba de la prenda, con la intensión de no mostrar tanto escote.
Aún
me siento indecisa, sin embargo, no quiero echarme para atrás por lo que salgo
de mi recamara y corro a buscarlo, no quisiera molestarlo, pero sé que si le
digo, él me va a dar ánimos.
*:
Mi Lady - saluda el guardia.
S:
Su majestad, ¿Está ocupado?
*:
No sabría decirle pero vi que entró al estudio el consejero, pero si me permite
puedo investigar.
S:
No, solo cuando se desocupe ¿Me podría avisar? estaré en la estancia.
*: Con mucho gusto, mi lady.
Me
quedo un buen rato esperando, me siento preocupada por lo que viene, sin
embargo, no pienso retroceder en esto. Unos minutos después, el guardia me
avisa que puedo pasar.
H:
Adelante - entró.
S:
¿Estas ocupado?
H:
Para ti nunca estoy ocupado.
S:
Quiero contarte algo.
H: Cuéntame.
S:
Bueno, estuve pensando, y decidí que no quiero ser una dama de sociedad, no
quiero casarme y dedicarme a parir hijos, quiero ser jinete de dragones y he
decidido tomar el entrenamiento, si me lo permites.
H:
Por supuesto que te lo autorizo, y me da gusto ver que tomaras esta decisión.
S:
Hoy en la cena le notificaré a mi padre.
H:
Ahí estaré, quiero ver eso.
S:
No creo que vaya a ser divertido.
H:
Prometo que no intervendré, a menos que intente golpearte, solo quiero ver ese
cambio de niña dulce a una mujer independiente.
S:
Gracias… supongo - sonrío.
Dejo
de molestarlo y me preparo mentalmente para lo que seguramente será una mala
noche sobre todo para mi padre, para la ocasión escojo un vestido color vino y
pongo especial atención en mi cabello.
Justo
cuando da la hora de la cena, me dirijo al comedor: mi hermana trae una cara de
molestia peor que la de costumbre, mi padre también se ve enfadado, tomo mi
lugar y espero un poco, justo antes de servirnos los alimentos, Hyde hace acto
de presencia, todo empieza mal porque en lugar de sentarse en su lugar de rey,
va y se sienta junto de mí, al momento veo la molestia por parte de mi hermana
que es evidente, esto provoca que la tensión aumente.
Sirven
los alimentos y procedemos a tomarlos, en absoluto silencio, terminada la cena
ha llegado el momento, estoy nerviosa y un tanto asustada.
S:
Padre, necesito notificarte algo.
P:
¿Que sucede?
S:
Bien - Tomo aire y trato de verme segura - lo estuve pensando, y he decidido
que tomaré el entrenamiento para convertirme en una jinete de dragones.
P:
De ninguna manera.
S:
No te estoy pidiendo permiso, te estoy avisando.
P:
Tu obligación es casarte, y eso es lo que harás.
S:
No, ya tomé una decisión.
P:
Soy tu padre y debes obedecer - grita.
S:
Eres mi padre y te respeto, pero no voy a cambiar mi decisión, en nada te
afecta.
P:
No vas a ir en contra de mis decisiones.
S:
Ya lo estoy haciendo - comienzo a enojarme.
P:
Pues te lo aviso, en el momento que comiences con esa tontería, serás
desheredada, expulsada del valle y dejarás de ser mi hija.
S.
Entendido señor, no tengo nada más que hablar.
P:
¡No te he dado permiso de irte! - estoy a punto de responderle gritando, pero
Hyde da un pequeño toque en mi hombro para que me calme.
Me
levanto y salgo de ahí, alcanzó a escuchar los gritos de mi padre, por lo que
corro para que no intente alcanzarme, termino en los jardines donde me siento
en el pasto, sabía que las cosas no iban a quedar bien, lo que nunca me imaginé
es que mi padre llegará al punto de darme la espalda y negarme como su hija,
debo reconocer que me duele bastante, mi padre era lo único que me quedaba,
pero ahora veo que desde el momento que mi madre murió, lo perdí todo. ¿Qué voy
a hacer?, todo se complicó demasiado, aun así no voy a ceder ante su chantaje.
H:
Por fin te encuentro.
S:
Necesitaba aire, fue difícil.
H:
Lo sé, pero eres muy valiente.
S:
Gracias, pero ahora tendré que buscar que hacer de mi vida.
H:
No te entiendo. - decido explicarle lo que pasa.
S:
Ya que mi padre me ha desconocido, no debo permanecer aquí y necesito ver que voy
a hacer.
H:
No tienes por qué irte del castillo.
S:
No es tu obligación tenerme aquí y honestamente no quiero que te hagas cargo de
mí.
H:
Lo entiendo y te respeto, pero mira, todos los soldados viven aquí durante su
entrenamiento, los jinetes no son excepción, después de su entrenamiento se les
pone a hacer diversas tareas, puede ser lo mismo contigo, si quieres.
S:
Me parece perfecto, gracias, ¿A dónde voy a mudarme y que tengo que hacer?
H:
Permanece en tu habitación, me gusta conversar contigo y no quiero compartas
dormitorio con hombres, en cuanto a tus labores, me vas a ayudar, después te
explicaré en que.
S:
Gracias por ayudarme tanto.
H:
No hay nada que agradecer, será mejor que vayas a descansar, Ken es sumamente
exigente y mi futura comandante no puede fallar.
S:
¿Comandante?
H:
Lo llegarás a ser, lo noté, tienes el talento y las ganas, si te esfuerzas
pequeña, vas a ser alguien muy grande, evitemos otro enfrentamiento con tu
padre, sígueme.
Lo
acompañó más adentro de los jardines hasta llegar a una pequeña capilla de
cristales azules, por dentro tiene una iluminación hetera con muy pocas velas,
justo en uno de los pilares hay unas ceras apiladas, nos acercamos ahí y Hyde
abre un pasaje, entramos y veo que hay unas lámparas pero las luces se mueven:
son luciérnagas.
S:
Que bonitas - cierra el pasaje y quedamos solo iluminados por esos pequeños
seres alados.
H:
Sirven mejor que las velas, las ceras se acaban y no es conveniente quedarse a
oscuras aquí adentro - toma, se quita la capa y me la pone - hace frío.
S:
Gracias - camino al lado de él, no sé a dónde nos dirigimos, damos varias
vueltas, como lo dijo, está completamente oscuro y enredado, subimos por unas
escaleras bastantes largas hasta que llegamos a un pasillo con varias puertas,
nos detenemos en una que tiene tallada una flor.
H:
Esta es tu habitación.
S:
Así es como evitas perderte - toco el tallado.
H:
Algo así - acaricia mi cabello y comienza a acercarse demasiado.
S:
Será mejor que vaya a descansar, fue un día complicado.
H:
Buenas noches pequeña, abre la puerta y me da la llave de mi recamara, salgo,
la abro y regreso a dársela.
S:
Descansa - se acerca besa mi frente y se va.
Trato
de hacer el menor ruido posible y me preparo para lo que será un gran día.
Al
día siguiente me levanto justo cuando el gallo canta, dando la bienvenida al
astro rey, me arreglo y dirijo a la cocina, donde los empleados están tomando
sus alimentos.
Ha:
Señorita ¿Desea le lleve algo? - dice al verme.
S: Llámame
Sakura, todos llámenme así, ¿Les molesta si almuerzo con ustedes?
Ha:
Para nada, ven siéntate.
El
desayuno se vuelve muy ameno, pues las personas del servicio son sumamente
alegres, y platicadoras, terminando los alimentos ayudo a Hana a recoger los
platos y salgo con ella al comedor, donde mi padre y hermana están desayunando,
no les dirijo palabra alguna y continuo mi camino.
Ha:
Las cosas se pusieron muy feas ¿Verdad?
S:
Sí, pero no importa, haré lo mejor posible.
Ha:
Y lo harás, por cierto, su majestad quiere que vayas a apoyarlo en las tardes
con sus asuntos.
S:
Esta bien, ¿Qué? ¿Porque me ves así?
Ha:
Que casualidad que quiere que lo ayudes, justamente a él - no digo nada, aunque
me siento muy apenada.
Después
de despedirme de mi amiga, me presento con Ken, veo que hay nueve soldados,
algunos me miran con bastante recelo.
K:
Mi lady un gusto verla aquí, me han informado que tomará el entrenamiento.
S: Llámeme
Sakura, por favor - me coloco junto a los soldados.
K:
Están aquí los que pasaron la primera prueba de vuelo, quiero felicitarlos a
todos, les daré sus observaciones ¿Algún voluntario?
*: ¿Porque no empieza con las mujeres?
K:
Muy bien, empezaré contigo: tienes una evaluación buena, sin embargo, te confías
demasiado montando bestias ajenas, lo cual puede costarte la vida, además de
cometer imprudencias al volar; Sakura.
S:
Señor.
K:
Tome como prueba tu vuelo con el rey, tienes evaluación muy buena, pero
mostraste cierta inseguridad en el despegue, es normal pero debes trabajador en
eso.
Ken
continúa dando las evaluaciones, después nos hace algunas pruebas físicas y da
por concluido el primer día del entrenamiento, debo reconocer que es más difícil
de lo que pensé pero también mis ganas han aumentado mucho, deseo continuar y
sobresalir.
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