domingo, 14 de junio de 2015

========== A Silent Letter, capítulo 6 ==========

========== INSTRUCCIONES ========== 

A: Alejandra
H: Hyde
Y: Yamamoto
K: Kou.
N:Natsuki.

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Capítulo Seis. 

A: Sí, pero no me siento preparada para una relación, no por el momento.
H: Entiendo y esperare a que me digas que sí.
A: Bueno – me acerco y le doy un beso en su frente – se que no es lo que esperabas pero espero me entiendas, no estoy lista para esto, no estoy lista para afrontar mis sentimientos y mis miedos.
H: No te exijo nada – se levanta y me da un beso en cada mejilla – vamos a cenar ¿Si?

Hago lo que me pide y comenzamos a cenar, tenemos una charla de lo más tranquila, después de hacer nuestros quehaceres correspondientes cada uno se dirige a su habitación.

Me quedo pensando en todo lo que paso y me siento mal, realmente me hubiera gustado ser honesta con él y decirle que si pero necesito estar cien por ciento segura que él siente lo mismo, no quiero ni ilusionarme ni ilusionarlo.

Por más que trato de dormir no puedo, pronto las lágrimas comienzan a hacer acto de presencia, siento que no puedo conmigo misma ¿Qué estoy haciendo? Estoy completamente perdida, en un principio creí que era la mejor decisión pero ahora ya no creo que sea así pero ¿Qué hago? No puedo decirle "Siempre si quiero" No así, ahora debo tolerar la espera y mi decisión.

Salgo de mi recámara, paseo un poco por la sala, me acerco a la ventana y ahí me quedo observando la solitaria calle, solo veo pasar un pequeño gato pero pronto llama mi atención un auto que se encuentra estacionado frente de la casa,puedo distinguir una persona dentro del mismo.

H: ¿Qué haces? - prende la luz
A: Nada - dirijo mi mirada a mi huésped pero inmediatamente la regreso al auto el cual para mi sorpresa se ha ido.
H: ¿Estabas llorando? - se acerca y limpia una lágrima que había quedado en mi mejilla.
A: No es nada - se acerca y me abraza muy fuerte lo cual hace que me den más ganas de llorar - había un auto sospechoso.
H: ¿Dónde? - se asoma.
A: Se fue cuando prendiste la luz.
H: ¿Crees que sea Kou otra vez?
A: No lo creo, tal vez solo estoy nerviosa, no me hagas caso - me doy la vuelta y me alejó de la ventana - será mejor ir a dormir.
H: Esta bien - se acerca y me lleva a mi habitación, me arropa tal cual fuera una niña - duerme.
A: Quédate conmigo por favor, me puse un poco inquieta -

No responde pero inmediatamente se recuesta a mi lado, cruza su brazo por mi cintura y así nos dejamos abrazar por el sueño...
Abro mis ojos con mucha dificultad, veo que Hyde ya no esta a mi lado, me levanto y procedo a arreglarme para ir a laborar.

Salgo de la recámara y me dirijo a la cocina donde lo encuentro preparando el desayuno.

A: Buenos días.
H: Buen día, a ver que tal me quedo el desayuno.
A: Mientras sea comestible no hay problema.
H: Simpática - se acerca y me toma de la cintura - eso me encanta de ti.

Me he puesto un poco nerviosa con el actuar de Hyde, parece que esta completamente decidido a convencerme de darle el sí, nunca pensé que este chico que tan tímido se veía pueda ser tan seductor cuando lo desea.

Mi día transcurre normal, entre correr a ayudar a los pacientes de otras áreas pues desgraciadamente el invierno ha pegado con fuerza y tenemos muchos pacientes enfermos de pulmonía, algunos muy delicados de salud.

Por la tarde como es costumbre la paso con la señora Delfina quien después de contarle todo lo sucedido la noche anterior me regaña por mis malas decisiones, a veces siento que es como mi madre y realmente me agrada el sentirla así.

Mis padres se divorciaron hace algunos años, ambos se volvieron a casar: mi padre se fue al extranjero con su nueva novia mientras que mi madre se volvió a casar y se mudó a las afueras de la ciudad. La casa donde vivo le pertenecía a mi padre pero antes de irse paso las escrituras a mi nombre, mi madre quería que la vendiera y me fuera con ella, pero necesito mi independencia, además que ese lugar alberga los recuerdos de mi infancia, de cuando mi familia era feliz.

Me dirijo a la salida pues mi turno ha terminado, justo en la recepción encuentro a Yamamoto hablando con una mujer.

Y: Alejandra que bueno que te veo pensé que ya te habías ido, ven por favor - así lo hago.

Para mi mala sorpresa la mujer con la que habla el doctor es nada más y nada menos Natsuki.

Y: Alejandra la señorita busca a Hyde.
A: Se perfectamente quien es ella y no nos interesa tener trato contigo.
N: Supongo que ya le dijiste a tu jefe que te andas revolcando con los pacientes.
Y: Señorita le pido que no falté el respeto.
A: Yamamoto, esta señorita es la desaparecida prometida de Hyde, aquella la que lo abandonó, la encontramos en el viaje que hice hace poco, Hyde y yo hemos comenzado una relación ¿Por algo seguimos viviendo juntos no? Lo cual no es ninguna falta ya que comencé la relación mucho después que salió del hospital.
Y: Sabía que eso pasaría, se les notaba, me da mucho gusto y espero inviten a la boda - las mejillas de Natsuki arden.
A: Así será, como comprenderá no tengo nada que hablar con ella, ni mi pareja, así que con su permiso.

Salgo rápidamente del lugar donde me encuentro a Hyde esperándome, siento la presencia de Natsuki detrás mía por lo que me anticipo a ella.

H: Hola - me acerco lo abrazo y le doy un beso en sus labios, lo disfruto tanto.
A: Que bueno que viniste por mi - me acerco a su oído como si lo besara - Natsuki esta observando.
H: Debo cuidarte - nuevamente me besa, presiento que se esta aprovechando pero me gusta que se aproveche.
A: Vamonos - siento como desde lejos sigue observando pero no hace intento por acercarse.

Tomamos un taxi para evitar que nos siga, una vez en la casa...

A: Perdón por usarte pero necesitaba seguir el juego para ver si ya deja de molestar, me fue a acusar con Yamamoto.
H: No hay problema, si me vas a besar así por mi que se aparezca diario.
A: No necesita aparecerse para hacerlo - me acerco y lo beso.
H: Eso me gusta - sonríe de forma pícara - ¿No tuviste problema con el doctor?
A: No, solo me dijo que ya lo sospechaba y que lo invitáramos a la boda - Hyde se sonroja, debo ser más cuidadosa con mis palabras.
H: Esa idea no me desagrada.
A: Vamos a cenar, tengo hambre.

Dejamos el tema de lado, nos enfocamos en conversar en mil y un temas pero todos alejados de lo sucedido en el hospital.

Por primera vez desde hace varios días he podido dormir tranquila y es que al parecer las cosas se van acomodando en su lugar poco a poco.

Han pasado varios días desde la aparición de Natsuki, por suerte no la he vuelto a ver, parece que por fin ha entendido como son las cosas y se ha resignado a que ya perdió a Hyde o eso espero.

H: Tienes una llamada del hospital dicen que es urgente – me levanto y respondo a la llamada.

Yamamoto me ha dado una de las peores noticias que podría recibir, mi corazón ha sido oprimido de una manera terrible. Salgo a toda velocidad rumbo al hospital...
Y: Que bueno que llegas, Delfina no se puede ir sin despedirse de ti.
A: ¿Es inevitable?
Y: Lo siento hice todo lo que pude pero su corazón ya no resiste más.

Siento un gran dolor atravesar mi alma pues en el poco tiempo que he convivido con ella realmente me llegue a encariñar con ella.

D: Hija – dice de manera muy débil.
A: No se esfuerce, aquí estoy – tomo su mano.
D: Hija prométeme dos cosas – tose – la primera que vas a dejar de ser indecisa sobre Hyde.
A: Se lo prometo pero ya no se esfuerce.
D: La segunda es que cuides de mi pequeñito, ahora que me vaya no va ver quien lo cuide.
A: No piense así le prometo que lo cuidaré, lo cuidaremos juntas – comienzo a derramar unas lágrimas.
D: No, yo ya estoy cansada; solo quiero ir al enorme jardín que es el paraíso, caminar entre los árboles y jugar con todo tipo de pajaritos.
A: No me deje.
D: Nunca lo haré hija – diciendo esto, con un último suspiro la vida me la ha arrancado, ha comenzado su viaje por el inframundo con el deseo de descansar por la eternidad.

Mis lágrimas no paran de correr tal cual una lluvia incesante, siempre ver partir a los seres amados a aquel viaje sin regreso es de lo más doloroso, más aún cuando pienso en que ella no tenía más amor que el de su pajarito, una partida en la que no pudo despedirse de sus hijos de aquellos niños que vio crecer para convertirse en hombres y que sencillamente se deshicieron de ella como si fuese un simple objeto al cual puedes abandonar, sin sentir remordimiento alguno.

Y: Se fue feliz – toca mi hombro – después de conocer el dolor y la soledad, se fue feliz de compartir tanto contigo.
Solo asiento con mi cabeza, soy incapaz de articular palabra alguna; salgo de la habitación y en cuanto veo a Hyde me refugio en sus brazos.

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