Capítulo 24 “HYDE”
“Mi cuerpo cayó bajo el suyo, nuestras respiraciones coordinaban y se perdían ante la inmensidad del aire, la cordial melodía que resonaba a lo lejos, era el grito del miedo, distante advertía. Nada importaba, su cuerpo era mi mejor guía, la mejor tentación, incluso puedo llamarle la mejor locura. Nos envolvíamos como dos necesitados, sus labios no dejaban de merodear en todo el cuerpo, y mis manos eran como serpientes atentas a la cacería, todo era abatido en un sepulcro a nuestros cuerpos.
Después del jugueteo armonizador de una sed pasional, hubo tiempo para el respiro. Su piel tan áspera y su fuerza paralizadora me resultaban poco gratas pero muy deseables. Incluso aquel gesto desmoralizado e impávido que aclamaba dolor me resultaba poco atractivo, pero lo que me tenía ahí, lo que me tenía a su disposición era algo que comúnmente llamaba “amor”, si, apego al ser que se escondía tras aquel embozo de frialdad; el ser que me enamoró, un alma cálida, no con palabras, pero si con actos y con besos. Él, quien en un tiempo prolongado y perfecto llegó a ser mi mejor aliento, quien abusó de un alma perdida, la tomó entre sus manos y la cuidó hasta cultivar en ella una sonrisa, aquella alma era mía.
Con tan pocos años de edad, su rescate me pareció la vuelta a la vida, y debido a ello, tras aquel acto lujurioso en el que repetidas ocasiones estalle en voz y en que sus manos crueles dejaron huella en mí; grité, estremecido y conmovido por su ser: te amo.
H-…SAKURA, en esta y en otra, en todas las vidas que me sean dignas de poseer, seré tuyo. A tu placer, a tu disposición, incluso por tu solo capricho tenme a lado tuyo…no me separes de ti.
S-así será HYDE. La voluntad sea primero, así que hoy bauticemos este juramento, serás mío a costa de los vientos, a costillas del cielo… ¡que así sea!, tan bella promesa, cuyo nombre perfecto solo podrá ser “HYDE”.
La promesa quedó sellada al instante en que sus labios se hundieron en un beso con los míos, apreté fuertemente su cuerpo y sentí una animosa correspondencia. Al cabo de tan romántica escena, nuestros cuerpos desnudos se refugiaron en un abrazo y durmieron, esperando a que aquella promesa se haga realidad, esperando el día en que HYDE dejara de ser un juramento y formase parte de la realidad”.
…Cuando aquella promesa fue proclamada yo era del todo inocente, aquel romance que vivía junto a SAKURA me parecía eterno, me parecía el más bello soneto de Oscar Wilde, pero no era así. Con el tiempo él rompería la promesa y me mostraría que la vida era una mentira. Tiempo después, tras haber experimentado tan inesperada libertad junto a
alguien más, él volvía a aparecer, tras varios años de ausencia, tras varias horas que en conjunto formaban el tiempo, tras varios nuevos recuerdos, y en medio de una tormenta, apareció. Burlando mis sentidos y toda posible intuición, él estaba frente a mí, sonreía y en una de sus manos sostenía una máscara que había usado para el show.
Quede inmóvil y sin aliento, pues como eco, el recuerdo de aquella promesa se repetía vacilante, y solo pude reaccionar hasta que KAZ, quien tenía sujeta mi mano dio un ligero jalón de mi cuerpo y me robó atención.
KA-¿estás bien?...pareces ausente, incluso estas pálido…será un ataque por tu enfermedad.
H-…estoy…bien, solo ha sido un recuerdo el que me tiene tan somnoliento, solo ha sido la impresión de volverlo a ver.
KA- creí que era por las palabras que había dicho… ¿escuchaste bien?...sé algo sobre…
H- ah…creo…que tienes razón, es un ataque…duele…duele demasiado, ¡sujétame KAZ!, mi cuerpo no responde…- Resbalé al suelo, KAZ me sujetó y en el último parpadeo que el cuerpo me permitió lo volví a ver; SAKURA se encontraba parado frente a mí, seguía inmóvil. Quise hablarle, escucharlo, pero no pude, un temor inevitable se adueñó de mí, y rendido ante la idea del dolor perdí la conciencia.
Al despertar me encontré en un cuarto blanco, simple y ausente de vida, solo pude pensar que se trataba de un hospital, pues además de carecer de adornos, yo me encontraba conectado a sueros y a algunos medicamentos.
Mis ojos apenas pudieron divisar aquello, ya después, cuando fueron retomando su claridad y fuerza encontré a lado mío un ramo de flores, todas ellas coloridas y con aroma fresco, sin titubear robaron una sonrisa mía, la cual desapareció cuando alguien entró en la habitación, no era KAZ, ni TET, menos aun ZIEL, era el pasado que insólito me venía a recordar sus travesuras, sus promesas incumplidas y su crueldad.
Era SAKURA, quien se detuvo unos segundos antes de poder hablar, me miró indecentemente, y yo a él aparentemente indiferente, pero en el fondo mi alma más que conmovida no tenía forma de reaccionar, no sabía si retomar el ultimo día que me ofreció, o tan solo recordar lo bueno que me dio. Al paso de un breve silencio, se atrevió a hablar, con un tono y con un gesto que por lo regular me resultaban irresistibles, él sabía cómo apaciguar mi coraje, quizá mejor que nadie me conocía, así que sabiendo utilizar el tiempo, el lugar y las palabras a su favor, logró en mí el perdón.
S-tuvo que ser más de tres primaveras, más de cien noches y una sola vida para volverte a encontrar. No debes titubear ante el rencor, menos aún ante la nostalgia de recordar, entiendo perfectamente que aquel adiós fue incorrecto, y esto que hago ahora debí haberlo hecho en aquellos días, pero ¿nada valdrá?, de aquellos días las sonrisas, la amabilidad, los besos, las promesas…aún deben perdurar con alegría, y como el mejor perdón para esta alma tan vacía… ¿es así?...que iluso soy, tú ahora no debes hablar, el reposo es tu mejor alivio, y contemplar estas flores ayudara a la melancólica escena del cuarto.
H- SA..KURA, no es que nada valga, pues aquellos recuerdos permanecían intactos, tan solo hoy han vuelto a aparecer, y al igual que …
S-es eso maravilloso, da un aliento a mi abandonado espíritu. Pero no digas más, tu cuerpo en reposo es sinónimo de belleza, tus ojos confundidos; el reflejo de mi debilidad, y aun ahora esos labios cerrados son la llave de mi pasión…volverte a ver es como regresar al pasado en el que me pertenecías… ¿lo recuerdas?, tú eras tan feliz, tan brillante hasta a la hora de dormir. Te miró y poco has cambiado, quizá solo por dentro, por fuera tu piel y tus manos siguen siendo una tela fina, no nos equivocamos cuando el nombre de nuestra promesa fue “HYDE”…pues tan inocente como aquellas palabras eres…
Mientras decía todas aquellas oraciones él se había acercado a mí, tanto que se encontraba sentado a lado mío, había arrancado una flor y la había colocado sobre mi oreja derecha, haciendo una ligera caricia, tan sutil que apenas fue notoria. Después, tomando otra flor del ramo, comenzó a acariciar mi rostro, su mirada guiaba los siguientes puntos a rozar y mi mirada los podía adivinar viendo en él, el reflejo de mi cuerpo. Yo estaba indeciso a mi modo de reaccionar, y como siempre, aprovechando de mi debilidad él hizo de la situación su deleite. Hablaba con voz ligera, haciendo cada palabra poesía, seducía mi piel con un fino pétalo, logró que mi cuerpo se relajara, incluso convirtió sus palabras en mi debilidad y una vez hechizado por su vieja forma de ser conmigo, él me besó.
S-¿lo recuerdas?...la promesa, es HYDE siendo realidad, debe serlo porque tú sigues fiel a mis labios, sigues atrapado en mis palabras, tus ojos son amables con mis manos, y ahora tu mirada inocente me habla de todo ello, como el único amor…he vuelto.
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